Actualmente la huella digital está siendo utilizada en muchos sectores en el área gráfica, del editorial a los embalajes, pasando por el promocional y la papelería. Ahora es el turno de utilizar ese sistema para imprimir obras artísticas denominadas de «Fine Art».
La impresión Fine Art consiste en generar fotografías, pinturas, ilustraciones o artes digitales en sustratos diversos con alta calidad y propiedades museológicas de permanencia.
Técnicamente, este tipo de impresión necesita características específicas como impresora de alta definición, sustrato adecuado, tinta de excelente calidad y monitor y sistema de impresión calibrados constantemente. Todos estos elementos deben ser medidos de manera técnica para que el resultado final sea adecuado.
En la elección de la impresora lo ideal es adquirir una con tecnología ink jet (inyección de tinta) y que tenga como mínimo 6 colores. Para una mejor fidelidad de color, la mejor opción es de 12 colores.
Debe también tener un formato de boca que permita formatos medios (entre 50cm a 2 m) y que pueden ser alimentados con hoja y rollo.
En cuanto al sustrato tenemos como opciones varios tipos de papel, incluyendo el fotográfico, de fibra de algodón, lona, resinado, de acuarela, texturizado, todos con varias blancuras, gramajes y espesores, además de los tejidos.
Los sustratos para fine art pueden ser homologados y certificados, debido a la necesidad de propiedades relacionadas con la longevidad y conservación de la obra impresa.
Una característica interesante sobre el manejo del papel fino art es que debe ser hecho con guantes de algodón para que la oleosidad de las manos no sea transferida al sustrato, además de evitar que las huellas dactilares de los dedos aparezcan en el papel.
La tinta a utilizar debe ser pigmentada que, al ser impresa, se mantiene en la capa de la superficie del sustrato sin penetrar en el sustrato. Cada gota será depositada exactamente en el lugar deseado.
Otro detalle sobre la tinta pigmentada es que son resistentes a la luz y al agua, lo que permite la correcta conservación de las obras de arte. Además, existen pinturas que son más resistentes a la acción de la radiación ultravioleta (UV), decolorando con más dificultad, importante si se quiere exponer las obras al aire libre.
La calibración del monitor es obligatoria. Para ello será necesario el uso de un colorímetro, que garantiza que los colores que se imprimirán podrán visualizarse en el monitor. La calibración, de acuerdo con las normas ISO 12646 e ISO 14861, debe realizarse con frecuencia para que la calidad de la reproducción de color sea precisa.
A diferencia de los sistemas de impresión convencionales, la mejor opción de espacio de color es el RGB y no el CMYK, pues, con menos conversiones y con el uso del controlador, la ganancia en la cantidad de colores es mayor.
Es importante también generar un perfil ICC para la impresora para cada sustrato, para garantizar el mejor resultado. Dependiendo del fabricante, es posible descargar perfiles estándar en Internet, pero esto no es aconsejable pues cada equipo y lote de sustrato se comporta de manera diferente.
Manteniendo las características técnicas adecuadas de la impresora, del sustrato, de la tinta, y del monitor, será posible obtener la calidad necesaria para la impresión de fine art.