Las características de un archivo digital determinan el resultado final del proyecto gráfico. Todas las especificaciones técnicas pertinentes al proceso deben estar definidas de la forma correcta para que no sea necesario tomar decisiones de emergencia durante la producción. El resultado deseado en esta fase es un archivo PDF que se pueda transformar en fotolito o plancha o incluso generar ejemplares por impresión digital. Para ello será necesario observar algunas reglas.
Los archivos pueden reunirse o enviarse a la imprenta en régimen abierto. En este caso será necesario juntar el archivo principal que contiene la diagramación, todas las imágenes y todas las fuentes. Este archivo puede sufrir alguna alteración debido a la interferencia del operador de la pre-impresión de la imprenta en la manipulación de los elementos de página.
Otra opción es el envío de un único archivo que contiene todos los elementos que forman el proyectó gráfico. En ese caso se genera un archivo cerrado en formato PDF.
Todos los archivos PDF serán leídos por una RIP (Raster Image Processor), que determinará las características de la salida y que funciona con base en el lenguaje PostScript. Por eso, los formatos de las imágenes deben respetar esa descripción y ser compatibles con ese lenguaje.
Los formatos de las imágenes bitmap deben ser PSD, TIF o JPG(E) mientras que las vectoriales deben ser EPS. Los colores deben estar en el espacio de color CMYK o, si fueran especiales, deberán estar dentro de la especificación de la escala Pantone.
Las fuentes deben ser compatibles con Postscript de preferencia de los tipos OpenType, que aseguran la calidad final al proceso de ripeado (procesamiento por el RIP).
Los sangrados deben construirse en los archivos nativos (diagramados) y respetando el tamaño de 3 a 5mm, debiendo marcarse en el momento de la generación del PDF. Es importante que las marcaciones estén en el archivo, tales como marcas de corte y registro.
Cuando haya áreas sólidas en el color negro es necesario hacer un calce del 40% de cyan con el objetivo de mantener la vivacidad del color sólido. Si hubiera elementos de página con gradiente en donde uno de los colores fuera negro, también es necesario utilizar el calce para evitar áreas grisáceas en el paso entre los tonos.
Los hilos y contornos deben tener espesuras posibles de reproducción. Los hilos (entre 0,25 a 0,5 pt) resultan muy finos en sistemas como la serigrafía, por ejemplo, desapareciendo en el momento de la impresión.
Observe los elementos vaciados en la página, es decir, los que quedarán en blanco al final y que por eso no recibirán impresión, aprovechando el color del papel. Hilos muy finos y fuentes pequeñas suelen ser ilegibles en la impresión final.
Los archivos PDF deben generarse de acuerdo con la norma PDFx-1A, que asegura la imprimibilidad en cualquier sistema de impresión.
Todos los programas utilizados en artes gráficas tienen recursos para preparar adecuadamente los archivos para reproducción y generar estos archivos dentro de las normas vigentes.