El diseño editorial es una especialidad del diseño gráfico que trabaja con diagramación de periódicos, revistas, libros, photobooks y catálogos. Estos materiales poseen textos, fotos, ilustraciones y gráficos, por lo que la distribución de los elementos visuales debe ser objetiva, armónica y confortable para la lectura.
Un elemento interesante para mantener la uniformidad en la diagramación es el uso de un cuadriculado, que permite crear cajas simétricas para servir de base para la distribución racional de los pesos visuales de los elementos de la página.
El cuadriculado está compuesta por la división de las dimensiones de la página en vertical y en horizontal, formando cuadros que servirán de base para la colocación de los textos e imágenes de la publicación. Estas divisiones respetan los márgenes superiores, del lado derecho, inferior y del lado izquierdo de la página, delimitando el espacio de trabajo o área de mancha.
Al contrario de lo que se pueda imaginar, el uso de cuadriculado en la diagramación no limita la creatividad. Permite que la visualización de la página finalizada tenga equilibrio y fluidez de lectura.
La elección de la tipografía debe tener en cuenta el estilo de la publicación. Un estudio del público objetivo y de la finalidad del proyecto gráfico del material editorial debe orientar al diseñador en la selección de las familias de fuentes, de los estilos (regular, negrita o cursiva) y expansión lateral (normal, condensado o expandido).
Además, el diseño de las letras debe mantener la legibilidad y la jerarquía de los títulos, subtítulos y textos.
En la diagramación, al complementar el contenido con fotos e ilustraciones es importante que sean nítidas, correlacionadas con el asunto y ayuden a aumentar el nivel de entendimiento del lector. La resolución de las imágenes es un elemento de vital importancia pues interfiere directamente en la calidad del impreso. El límite debe estar entre 250 y 350 dpi, dependiendo del sistema de impresión a utilizar, normalmente off-set o digital. La mayoría de las veces se hace necesario realizar un tratamiento de esas imágenes, técnicamente ajustadas para el sistema de impresión, haciéndolas así más atractivas para el lector.
El uso de los colores en la diagramación debe estar muy bien dirigido. Es importante recordar siempre que los colores comunican sensaciones específicas y deben estar de acuerdo con el objetivo principal del proyecto gráfico. La elaboración de una paleta de colores puede auxiliar en la diagramación y evitar errores de composición cromática.
Por último, la elección del papel es fundamental para el buen resultado final. Papeles muy blancos y brillantes hacen la lectura incómoda cuando los textos son en gran cantidad, pero realza los colores y las imágenes. Son más indicados para libros de arte o photobooks debido a la valorización de las imágenes.
Para libros de texto, lo ideal es utilizar papeles off white que poseen una coloración amarillenta y por eso no causan fatiga al lector en el momento de la lectura. Además, los menores de tamaño hacen que la publicación sea más ligera, otro elemento que debe considerarse para publicaciones con gran cantidad de páginas.
Respetando la interacción que el lector tiene con la publicación y utilizando todos los recursos disponibles, es posible elaborar proyectos editoriales creativos y tener un excelente resultado final.