Al mirar cualquier material impreso, percibimos los colores y las imágenes como un conjunto de matices, pero esta sensación es ilusión de óptica. Todo lo que se reproduce y que transmite variación de tono, en verdad es generado por medio de puntos, imperceptibles al ojo humano, que pueden tener características variadas y que con la limitación de cuatro tintas (CMYK) consigue construir la imagen sobre el papel. Esos puntos se denominan retículas y se agrupan en tres tipos: lineal, estocástica e híbrida.
La retícula lineal, utilizada en la mayor parte de los materiales impresos, forma la imagen con puntos que tienen tamaño variado. Por ejemplo, si el área a ser reproducida fuera oscura, el punto será grande y si fuera clara el punto será pequeño, determinando las sombras y luces de la imagen.
Estas variaciones se miden en porcentajes, es decir, el tamaño del punto tiene como referencia un porcentaje de cobertura de una determinada área cuadrada. Si la sensación visual es de un azul claro, podemos utilizar el 10% de cyan, lo que significa que el tamaño de los puntos de retícula cubrirá el 10% de una determinada área.
En función de la característica de variación del tamaño del punto, la retícula lineal también se conoce como AM (Amplitud Modulada).
Los puntos de la retícula no deben colocarse unos sobre los otros puesto que el resultado visual sería siempre negro, debido a la unión de todos los colores (CMYK). Por eso se distribuyen en angulaciones en donde la menor diferencia de inclinación que debe haber entre dos líneas de retícula es de 30 grados, con el objetivo de no generar el efecto de moiré. El efecto de moiré es un defecto que crea una trama en la visualización de la imagen.
Para obtener los mejores resultados, las retículas se posicionan formando un estándar simétrico, denominado roseta, que el ojo humano funde en un color de tonos continuos. Las angulaciones más utilizadas para reproducción en sistema offset son: el 90° amarillo, el 75° cyan, el 45° negro y el 15° magenta; no obstante, pueden sufrir variaciones dependiendo de la importancia del color o del orden en que se imprimen.
Otra característica de la retícula lineal es la cantidad de puntos, denominada lineatura de retícula. Los mismos porcentajes de punto pueden contener diferentes lineaturas de retícula. Cuanto mayor sea la lineatura, mayor es la cantidad de puntos que forman la imagen y mejor es la calidad obtenida en la reproducción. La lineatura debe respetar las características de los substratos y los límites técnicos de los sistemas de impresión.
La lineatura se expresa en líneas por pulgada (lpi) o líneas por centímetro (lpc).
Conocida también como FM (Frecuencia Modulada), la retícula estocástica no tiene diferencia en el tamaño de los puntos, distribuidos de forma aleatoria, dependiendo de las áreas oscuras (puntos más próximos) y áreas claras (puntos más distantes). Como resultado, la reproducción de las imágenes se hace más detallada en los medios tonos y las graduaciones entre los colores más suaves.
La utilización de sistemas de grabación digital de plancha (CTP) permite la utilización de esta retícula con calidad y control en el proceso.
Por la exigencia de repetitividad y fidelidad en la reproducción de los colores, en la actualidad las empresas de embalajes son las más beneficiadas por el uso de la retícula estocástica, debido a la evolución de las tecnologías de impresión, los controles del flujo de trabajo y las estandarizaciones de los procesos.
Con el gran flujo de materiales y la necesidad de procesos cada vez más productivos y que garantizan una estabilidad en la calidad final, se desarrolló una nueva tecnología de reticulado que corrige los problemas de tonos marcados de la retícula lineal y disminuye la sensibilidad a las variaciones del proceso de la estocástica: la retícula híbrida.
Ese reticulado se genera de forma inteligente, mezclando la retícula lineal y la estocástica por medio de un algoritmo. El RIP (Raster Image Processor) rastrea el material a imprimir y aplica la retícula estocástica en las áreas de destaque y la lineal en los tonos medios, permitiendo una gran calidad de impresión en la transición de los colores y control de los grises, además de una ganancia significativa de detallado en las imágenes.
Las retículas híbridas tienen nombres comerciales, dependiendo del sistema de workflow.
Diversos productos gráficos pueden beneficiarse con la utilización de este tipo de retícula, destacándose los que tienen gran cantidad de fotos con alto nivel de detalle, tales como catálogos de moda, bebidas y joyas, revistas de arte y embalajes sofisticados.