¡Usted no tiene tiempo? Lo siento, pero usted tiene todo el tiempo que existe. Pocas cosas son tan comunes e indudables en la sociedad del siglo XXI como la escasez de tiempo. La velocidad de la información, la impredecibilidad y la competitividad del mundo moderno imponen a las personas un ejercicio diario para equilibrar la vida personal y la profesional que, en la mayoría de las veces, se convierte en una experiencia frustrante de “lucha contra el tiempo”. En las compañías eso no es diferente: al fin y al cabo, ¿cómo responder de manera rápida y eficaz a los cambios continuos y a las diversas demandas resultantes del desafío de mantener a la ventaja competitiva de las compañías?
Todo ha cambiado, con excepción de la naturaleza del tiempo que sigue proporcionándonos las mismas 24 horas al día para hacer mucho más. En una época en que el tiempo es el principal desafío, saber gestionarlo para hacer lo que es relevante y alcanzar metas y objetivos es un factor clave del éxito y, así, un diferencial competitivo. Empiece gestionando su tiempo con la certidumbre de que, mismo con la sensación de que a usted le faltan horas, tiene usted todo el tiempo que existe. Son 24 horas al día, no hay cómo expandirlas o extenderlas, tampoco almacenarlas. El tiempo pasará, lo quiera o no lo quiera, y no hay manera de tomarlo de nuevo. Gestionar el tiempo es la acción de controlar su propia vida mediante el uso inteligente de las horas, equilibrando las presiones con vistas a lograr sus metas. Pregúntese: ¿cuánto vale un minuto? Depende de cómo se decide a utilizarlo. Si se produce algo útil, capaz de generar resultados a sus objetivos, entonces usted ha atribuido valor significativo a su tiempo. El valor del tiempo es vinculado a los principios del objetivo y concentración que posibilitan la claridad de las metas y el direccionamiento del esfuerzo, al canalizar la acción y evitar la dispersión. Dé sentido a su tiempo al planificar su utilización:
Con las prioridades y programación fijadas, mantenga el foco de la acción y canalice su energía hacia los asuntos relevantes en relación con sus metas. Para ello, utilice dos otros principios de la gestión del tiempo: el principio del control – que posibilita el uso del tiempo y la corrección de rutas de acción, y el principio de la protección – que neutraliza sus desperdiciadores.
¡TIEMPO ES ELECCIÓN! ¡ES REALIZACIÓN! ¡ES VIDA! Evite los “ladrones” de tiempo: